La vida (2)

Rectifico. Después de casi quince días de reducción de jornada empiezo a ver el lado positivo del asunto. El tiempo libre no es, desde luego, porque no hago nada más que estar con las niñas. Es la relajación de la mente.

La relajación que me da saber que mi hija la mayor hace los deberes todos los días y, por ahora, sin demasiadas peleas. La relajación que me ofrece poder estar durante un cuarto de hora, ¡menos es nada!, comiendo con los amigos. Y, lo que más me gusta, la relajación que siento al pensar que como ahora paso más tiempo con ellas me da menos remordimiento irme de vez en cuando a tomar algo con los amigos.

El otro día fui al cine. Lo peor: la película. Lo mejor: la compañía y los vinitos, la ensalada y las setas que nos tomamos antes de la película. ¡Ah, y que las entradas fueron gratis!

¡Chicas, ya estáis pensando en la próxima obra de teatro!