No estoy

El sábado se murió un tío mío. Esta tarde es el funeral y no puedo ir. Como siempre no estoy disponible para estar con mi familia cuando más lo necesitan.

Confieso que a veces eso de vivir lejos de ellos me viene bien para acallar los remordimientos de conciencia por no enterarme de los problemas cotidianos, ya lo dicen los boleros “la distancia es el olvido”. Pero otras veces siento como que me he equivocado de lugar: yo no tenía que estar aquí, tenía que estar allí. Allí. Con mi padre, con mis tíos y mis primos

¿Seré la única sobrina que no esté? Supongo que si. El resto, al fin y al cabo, viven mucho más cerca. ¡Mierda! Otra vez.