¡Ya es primavera!

¡Ya es primavera! Al menos en el Corte Inglés o, por lo menos, eso dicen ellos.

¡Pues sí! Ya están las plantas de mi terraza comenzando a reverdecer. ¡La verdad es que es una gozada!

Aunque yo en esto de la jardinería soy un poco desastre.

Primero, no tengo paciencia suficiente como para plantar semillitas y esperar a que salgan ¡Es que a veces tardan más de dos meses! Así que al final acabo por comprar las plantas en un vivero pero ¡oh, pero! ocurre muchas veces que después de plantarlas como que a las plantitas no les gusta el sitio, la luz, el agua o el sol y tienen el mal gusto de morirse. Así que una consigue tener un cementerio en casa.

Segundo, se supone que hacer una buena poda a las plantas les viene que ni pintado pero a mí, ¡qué se le va a hacer!, me da pena podarle las ramitas que ya están brotando y en las que hasta comienzan a aparecer lasa primeras flores, así que nunca lo hago en condiciones.

Tercero, en invierno me da demasiado frío pensar en salir a mirar cómo van las plantas, taparlas, destaparlas, regarlas, etc. y en verano, ¡uf, en verano! Así que al final de cada temporada consigo tener una terraza que parece la casa de los horrores.

Bueno, pues aunque no os lo creaís, cuando llegan estas fechas aparecen brotes en aquellas plantas que uno creía que ya estaban definitivamente fallecidas y brotan plantas en lugares en dónde una no las había plantado ¿será por aquello de la combinación de las semillas, viento, abejitas, y demás, que nos contaban en el colegio?

Vamos que a pesar de que algunos penséis que todavía es invierno, la naturaleza, y el Corte Inglés, dice lo contrario (por lo menos en Madrid).