viernes, septiembre 18, 2009

De vuelta, como siempre

Igual soy una ilusa, pero me gusta no desconfiar de la gente si no tengo motivos. De esta manera, al menos, yo estoy contenta conmigo misma.

Odiaría tener que pasar por esta vida esquivando al vecino del sexto C para no entrar en el ascensor con él por si es el Violador de la Pared, revisando la cuenta de la mercería del barrio por si la buena señora, a la que, por cierto, que le quedan dos meses para jubilarse, ha pensado entrar en una residencia de ancianos de lujo a mi costa o dejar de tomarme el café de las once con la secretaria de contabilidad por si le cuentan a su jefe que me pongo las botas a curasanes con mermelada de fresa.

Así que prefiero ir por la vida de ingenua, inocente, ilusa o llámeme lo que a usted mejor le parezca que ser de aquellas que no andan por la calle después de las diez, no dicen a su compañera de trabajo dónde van a pasar las navidades y dejan siempre una luz encendida en casa, aunque se marchen quince días a un crucero por el Mediterraneo.

Lo último que he hecho: enviar tres relatos que no han pasado por el Registro de la Propiedad Intelectual a un editor simplemente porque me ha puesto un caramelo en la boca diciéndome que está a punto de sacar una obra colectiva de relatos y quiere estudiar si alguno de ellos le encaja. No sé cuál es la obra ni cuando sale ni si habrá compensación económica ni cómo, dónde y por qué la van a distribuir ni la tirada, etc., etc., etc.

¿Cándida, necia, crédula, tonta o sólo bienpensada?

Llamadme lo que queráis, pero no tanto que el lunes sin falta me paso por el Registro.

2 comentarios:

Nana dijo...

me gusta tu retrato. es todo un puntazo.
besos,
nana

espartana dijo...

A veces tener fé en la gente tiene sus recompensas ¿verdad?
Y por cierto, ¡menudas vacaciones te has cogido! ¿Cuánto tiempo has estado descansando? ¿Dos meses? Bienvenida a la rutina.

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