Hay días que me levanto completamente dispersa

Hay días que me levanto completamente dispersa.

No soy capaz de centrarme en una cosa y seguir con ella durante mucho tiempo. En el momento en el que se me pasa por la cabeza una idea me dedico a buscar cosas sobre ese tema, ciudad, viaje, etc.

Esto no está mal si pienso en que da muchas posibilidades para mantener conversaciones ligeras con gente con la que no tengo mucho en común. Al final acabas sabiendo cosas absolutamente peregrinas como que existe un escáner que viene fenomenal para escanear libros porque no hace falta abrirlos por completo o que el té de Dobro, planta única que no aparecía en ningún manual de plantas medicinales, es té de roca del de toda la vida.

Ahora si lo que se pretende es conocer algo sobre un tema en concreto ¡olvídate!. En ese caso hay que centrarse un poco, localizar unos pocos documentos y pararse a leerlos tranquilamente. ¡Habrá que volver a aprender a hacerlo!

En este momento el acceso a internet favorece completamente mi caos mental. Voy saltando de un sitio a otro sin pararme mucho rato en nada en concreto.

Pero creo que pronto tendré que abandonarlo todo: el caos, la calma y olvidarme de internet. Tengo que probar el Wi-Fi del Pc de mis hijas.

Ese de segunda mano que usan para jugar.