viernes, marzo 30, 2007

Revisiones

Por fin hago la visita al ginecólogo. ¡Después de ... años! ¡Pereza, pues!

Revisión, citología, ecografía, mamografía, ...ía. Total 176€ del ala. ¡Qué caro!

El extra de la primavera. Me quedo sin comprarme ropa hasta las rebajas.

Eso sí para hacer la mamografía me mandan a una consulta privada ¡Chicaaa, qué lujo! Sofás en la sala de espera, mesitas auxiliares con jarrones de flores, alfombras, cuadros, tarima, ...

Una que está acostumbrada a la sanidad pública llega allí y no se encuentra nada cómoda. Casi prefiero las salas de espera que parecen una sala de espera en vez del salón de la casa de alguien en el que parece que te has colado sin permiso.

Además eso de sentarse en un sofá al lado de unos desconocidos pues no sé, lo prefiero hacer en mi propia silla (aunque sea vieja y desconchada).

Repito: 176€ para nada. Todo bien, está todo correcto, no se ve nada que se salga de la normalidad.

¡Si por lo menos me lo hubiera gastado en trapitos pues lo podría lucir por la calle! De esta manera no luce nada porque una no va enseñando por la calle lo sanas que tiene las t.

¡Qué desperdicio de dinero!

Me despido (consciente de que si me hubieran dicho otra cosa no estaría bromeando con esta historia).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues yo espero tner la misma suerte que tú y me toquen unos sofás bien cómodos,pues a decir verdad, si tengo que sentarme con unos desconocidos, prefiero que los asientos sean lo más cómodos posibles.

Ahora voy a gastar el dinero del gine en unos "trapitos", y cuando tenga que pagar la consulta ya no tendré que pensar que tengo que esperar a rebajas (más vale prevenir que lamentar)

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