El lunes pasado acabé de leer “Bridget Jones: Sobreviviré” o “Bridget Jones: la edad de la razón” (todavía no he llegado a entender porqué las editoriales, productores, etc. le cambian el título original a una obra. Supongo que se habrán puesto por algo, ¿no?)
La verdad es que este tipo de libros son muy divertidos si te pones en situación. Siempre me ha parecido que la gente que tiene la capacidad de sacarle punta a las situaciones cotidianas ha sido bendecida por la gracia divina (por la rapidez de mente que ello conlleva) pero tiene una contrapartida.
Reírse de uno mismo y de lo que le rodea parece ser mentalmente muy sano pero me da la impresión de que la mayoría de la gente que lo practica se quiere demasiado poco. Se ríe de sus defectos como manera de minimizarlos pero está continuamente pendiente de ellos (de los defectos, digo).
Ahora bien me sigue dando envidia su rapidez de mente y de respuesta (no como la mía que tengo que pensar varias veces en algunos anuncios para darme cuenta qué me están vendiendo ¡os lo juro!).
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1 comentario:
Tienes razón, reirse de uno mismo no significa burlarse de uno mismo.
Clara
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