Yo soy de esas personas que llevan el reloj adelantado entre cinco y diez minutos, la verdad es que no lo se muy bien. Yo me hago a la idea de que son cinco, aunque sé que son alguno más, y así tengo un poco más de margen para llegar a los sitios.
Alguno me dirá aquello de que es una tontería puesto que sé si llego o no a la hora, ¡ah, pero a veces se me olvida y me funciona!
También me hago otras trampas. Si me quedo por la noche hasta más tarde de, digamos, por ejemplo, las 0:00 cuando me meto en la cama nunca miro la hora que es. Así no me agobio pensando en que sólo me quedan menos de 6 horas para dormir. Y ¡voila! me levanto tan fresca.
(También me hago trampas en los solitarios. Se me alegra la tarde).
Si lo pienso en profundidad a veces me siento un poco simple, como si fuera un niño que se construye un mundo de fantasía y se piensa que es real.
lunes, septiembre 24, 2007
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