Obligaciones

Pasan los días y no acabo de escribir nada. Ahora que tengo esa infinidad de lectores me siento agobiada por mi falta de fuerza de voluntad.

Hace unos meses no me había imaginado llegar a esta situación. Venir a trabajar y no tener tiempo para nada más que para eso: para trabajar.

Ahora sí, cuando me marcho a casa por la tarde me voy con la sensación de que lo que he hecho no vale para nada. Vamos que no he hecho nada productivo.

Ayer, por ejemplo, aparte de tener una reunión de estado ¿qué hacía yo allí? con un emperador con aspecto de modelo de folleto de El Corte Inglés (Adriano se llamaba) no hice nada más.

Ya en casa puse una lavadora, hice dos corbatas de cartulina y las pinté y me puse a las 23:00 a pintar una colección de 234 madroños (por lo menos). ¡Ya os enseñaré una foto del disfraz!