No me había pasado nunca que estuviese buscando un libro que no encontrara. La verdad es que en general leo lo que pillo. Muchas novedades, claro, y después lo que me deja N. y lo que voy cogiendo de las baldas de casa y las de la biblioteca pública.
Desde hace una temporada estoy leyendo literatura del siglo XIX y me pasa que de vez en cuando voy buscando cosas que no encuentro: o no están publicadas en ediciones modernas o, si lo están, tienen un precio tal que me parecen excesivamente caras.
Desde el año pasado también he leído muchas cosas sobre la India y sobre China. La verdad es que gusta porque me resultan unos ambientes muy exóticos. Tan, tan distintos que cuando leo algo ambientado en estos países me imagino unos paisajes absolutamente neblinosos y con un ambiente etéreo y atemporal.
En general prefiero las novelas de época. Me cuesta mucho ponerme en situaciones que no he vivido cuando la novela está ambientada en la época actual. En cambio con una buena novela de tiempos pasados bien ambientada me engancho en seguida. C. me dice que me gustan más los culebrones de época porque mi subconsciente les hace desaparecer la etiqueta “culebrón” y me da menos vergüenza hacerme adicta.
Creo que es verdad.
lunes, abril 30, 2007
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