lunes, noviembre 05, 2007

Lágrimas

El otro día me encontré consolando a una persona con la que apenas he tenido trato.

Es una situación un poco comprometida porque una no sabe muy bien cómo reaccionar, aparte de quitar hierro al problema en cuestión que ha puesto a esa persona en esa situación.

Siempre que me había pasado una cosa de este estilo era con alguien de confianza al que poder abrazar, besar y susurrar, pero el otro día apenas me llegó para tocarle un poco un brazo.

No fue un llanto desgarrado ni muchísimo menos sino que las lágrimas simplemente se deslizaban por su cara sin que se escuchara ningún ruido más.

Después, cuando todo había pasado, pensé en el agobio existencial que tiene que tener una persona adulta, con aspecto de ser bastante segura, para ponerse a llorar en la oficina delante de la persona responsable de su trabajo.

¡Uf!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta como escribes, con naturalidad y -al mismo tiempo- de una forma cuidada.

Free counter and web stats