56,4. Esto es lo que marcaba la báscula esta mañana después de la operación “Navidad”. Dos kilos más de lo que debiera. Así que si quiero entrar en la falda, teórica talla 36 y real 42, que me compré para la boda de N. ya puedo espabilarme. Ahora me toca someterme a la operación “Cereales”. ¡Qué pereza!
Aunque tengo que confesar que esto de mis dietas es muy light, la dieta digo, no lo que como. Se basa en una de desayunar cereales en vez de galletas y ...... en nada más porque aunque siempre pienso que voy a cenar sólo fruta y yogur después me siento en la mesa con la familia y claro, como.
Ahora, también confieso que lo que consigo bajar con esto es mínimo, 1 kg consigo reducir de mi cintura. Ni más ni menos. Pero es que esto de tomar alguna medida más drástica, léase ponerse a dieta en serio, no puedo ni pensarlo. Mi fuerza de voluntad desciende en la misma proporción que aumentan mis años: cada día un año más y medio grado menos de voluntad. ¡Ya no tengo años para estos sacrificios!
Lo que no os he dicho es que me guardo un as en la manga ¡La falda es abierta y se cierra con botones! así que con moverlos un poco, voila.
miércoles, enero 09, 2008
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