He tardado 43 años en ver una nevada en condiciones, pero aquí la tengo delante de los ojos.
La nieve cae desde hace casi cinco horas en el centro de Madrid y aunque todo el mundo informa de los problemas en Barajas y coches atascados, a mí no me importa.
Ver los árboles repletos, con varios centímetros de nieve sobre las ramas, merece la pena.
Ya pensaré después en los peligrosos resbalones, la caótica salida del colegio y la improbable compra.
Por ahora me asomo a la ventana y sólo miro.
viernes, enero 09, 2009
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