martes, abril 21, 2009

Maquillaje

Ayer me dijeron que hiciera una presentación sobre mí y sobre mis aptitudes, que no actitudes.

Al principio pensé ¡uf, qué difícil hablar de uno mismo!, pero de la que me puse, me salió solo.

En este último año he descubierto que cuando escribo algo que yo sé que es real o que, al menos, tiene parte de realidad, me resulta mucho más sencillo. Las palabras fluyen más rápidas cuando cuento algo que tengo claro en la mente. Me imagino la escena como si estuviera viendo una película y la describo.

Otra cosa es tener que componer la situación. Eso ya me cuesta más. Lo mío no es convertirme en director de cine. Distribuir a los personajes como si fueran actores y ponerle el gesto, es tarea casi imposible. Pienso, pienso, pienso y después de muchas horas de tener la pantalla paralizada y las manos a tres centímetros del teclado, al final, me queda una cosa medianamente decente, pero ni mucho menos lo que me hubiera gustado.

Eso sí, siempre tengo la posibilidad de adornarlo un poco para que no se note. Si es que con un poco de maquillaje, todos estamos más guapos.

1 comentario:

Érika Gael dijo...

Haríamos un buen equipo si nos juntáramos. Yo me he dado cuenta de que lo mejor se me da es dirigir a mis chicos. Sé el gesto que tienen en la cara en todo momento, dónde ponerles la equis en el espacio y la ropita que llevan (ya te confesé ayer mi método, jaja).

Lo demás... pfff. Eso sí que cuesta.

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