miércoles, mayo 06, 2009

Los ancestros

Yo no tengo abuelos. No los he tenido nunca. El último de ellos, Juan se llamaba el hombre, murió cuando yo era un bebé de dos meses. De hecho, hasta hace unos años ni siquiera sabía el nombre de los padres de mi padre. Lo averigüé un día en el que pillé en baja forma a mi progenitor y le salió la vena emotiva.

Así pues, para paliar esta carencia, mi hermana y yo adoptamos unos.

Durante muchos años, nuestros abuelos fueron los mismos que los de unos vecinos. Los viejillos nunca nos decepcionaron y se comportaron con nosotras como tales. Hasta nos daban dinero para que la echáramos a la cesta en misa: una peseta al principio y, cuando fuimos un poco más mayores, un duro a cada una.

Ahora, si alguien me pregunta, digo que Agustina, una tía de mi madre, fue como una abuela para mí. Aunque yo siempre la consideré más una tía que una abuela. No es de extrañar, al fin y al cabo sólo era 14 años mayor que ésta. Pecata minuta si tenemos en cuenta la cantidad de años de los que hablamos.

Pero yo no he venido aquí a hablaros de mí, sino de la abuela más marchosa, con mala leche, irónica, malas pulgas, burlona, metete, bruja, insultona y ....más graciosa que he conocido.

¿Acaso es la tuya y no lo sabes? Mira a ver... http://jodidaycontenta.blogspot.com/

No hay comentarios:

Free counter and web stats